El turismo excesivo afecta a los puntos calientes europeos
El turismo vuelve a estar en auge en Europa, según la OMT (Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas). En concreto, la agencia señala que más de 747 millones de viajeros visitaron el continente en 2024. Pero este exceso de turismo ha desencadenado en los últimos años tensiones entre residentes y operadores turísticos en medio de numerosos problemas.
En particular, cada vez hay más residentes descontentos por el aumento de los precios de los alquileres, la asfixia de las atracciones y la escasez de agua.
Protestas en medio de la ira por el turismo excesivo
En España, la ira contra el turismo se extendió a las calles este verano. En particular, los manifestantes de Barcelona y Palma empuñaron pistolas de agua contra los turistas y portaron pancartas en las que se leía : «Tus vacaciones, mi miseria». En general, su mensaje era claro: los residentes quieren límites a los alquileres de corta duración y a la llegada de cruceros.
Del mismo modo, en Venecia (Italia) se han producido manifestaciones contra los cruceristas. Por ejemplo, los residentes se quejan de que los pasajeros de cruceros saturan las calles y contribuyen poco a la economía local.
Mientras tanto, en Alemania, el pintoresco lago Eibsee de Baviera -apodado el «Caribe bávaro»- está invadido. Como consecuencia, los autobuses atascan las estrechas carreteras y los aparcamientos se desbordan.
Las voces locales ponen de relieve la tensión
«Siempre hemos tenido turismo, y turismo de masas, pero en los últimos 10 ó 15 años esto ha cambiado drásticamente», declaró a la CNN Domingo Alegre, profesor de inglés y profesor asociado de la Universitat Pompeu Fabra.
«Ya no es estacional, son los 365 días del añom», añadió. «Y los visitantes son muchos más que el número de habitantes».
En particular, su frustración por el turismo excesivo resuena en toda Europa. Desde las islas españolas a los lagos alpinos, los lugareños ven cómo sus hogares se transforman en parques temáticos al aire libre.
Políticas para combatir el turismo excesivo
En consecuencia, las autoridades están imponiendo normas más estrictas para combatir el turismo excesivo. Por ejemplo, Barcelona se ha comprometido a eliminar progresivamente los alquileres de corta duración para 2028 y ya ha retirado miles de anuncios ilegales.
Mientras tanto, Venecia restableció tasas de entrada estacionales de cinco a diez euros para los visitantes de un día. Del mismo modo, Grecia introdujo tasas de crucero: 20 euros para islas famosas como Mykonos y Santorini y 5 euros para destinos más pequeños.
Además, Grecia escalonó las horas de visita a la Acrópolis para aliviar la presión. Las autoridades también invirtieron en sistemas de desalinización para satisfacer la creciente demanda de agua durante los meses punta. En toda Europa, los alcaldes argumentan que estas medidas protegen la habitabilidad sin dejar de dar la bienvenida a los visitantes.
El rechazo y la culpa de la industria
Las empresas turísticas, sin embargo, se resisten a algunas medidas.
En concreto, TUI, el mayor operador turístico de Europa, culpó del exceso de turismo no a los hoteles, sino a las plataformas de alquiler a corto plazo. Estos servicios, argumenta, inflan los costes de la vivienda y saturan los barrios. No obstante, los reguladores están tomando medidas enérgicas, citando como prioridad el bienestar de la comunidad.
Las redes sociales alimentan el turismo excesivo
Además, las redes sociales también aceleran el problema del turismo excesivo. Por ejemplo, Instagram y TikTok destacan destinos como el Eibsee de Baviera o las playas de Croacia. Las publicaciones virales atraen rápidamente a miles de personas que buscan la misma foto perfecta.
Por lo tanto, los gobiernos locales corren para gestionar las afluencias impulsadas menos por las guías turísticas y más por los hashtags.
El camino por delante para los viajeros
Para los viajeros, los cambios significan tarifas más altas, opciones de alquiler más estrictas y protestas ocasionales cerca de lugares emblemáticos. Además, las ciudades populares pueden exigir reservas para gestionar los flujos.
En general, este paisaje en evolución y el problema del turismo excesivo empujan a los turistas a considerar ciudades menos conocidas o viajes en temporada baja.
Un punto de inflexión para el turismo europeo
En última instancia, Europa se encuentra en una encrucijada, ya que las comunidades buscan el equilibrio entre acoger a los huéspedes y preservar la vida cotidiana.
Ante el recrudecimiento de las protestas por el turismo excesivo, las autoridades se están replanteando los modelos turísticos. Las estrategias sostenibles pueden definir el futuro de Europa, situando a los residentes en el centro de la planificación.